viernes, 25 de junio de 2010

Siempre para adelante.

Siempre para adelante.

Pero las preguntas no paran, y quiero saber por qué di tanto sin cuidarme. Por qué acepté la falta de sincronicidad y de compañerismo. Por qué la convicción de que la que tenía la carencia era yo. Por qué el pánico al conflicto, y ahora la imposibilidad del enojo.

Pautas para el futuro: evitar la fascinación; escapar al apuro; abrazar sólo lo verdadero; crear para mí el mejor mundo posible.

Me abriga el recuerdo de que el miedo a la pérdida era mutuo.
Me consuela la visión de un presente con más sabiduría.

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